Leo Colautti - Análisis
Una de las cosas más difíciles para cualquier equipo de fútbol es definir claramente su estilo. Poder sostener por un período prolongado de un encuentro una forma de jugar. Establecer sus condiciones, prevalecer por sobre el rival. En esa búsqueda está Francia, la escuadra de Laurent Blanc que no sólo tiene varios patrones claros que permiten definirla sino los jugadores ideales para ejecutar la estrategia pensada por el seleccionador. Parte de un sistema táctico con 4 defensas, 3 medios y 3 atacantes. Aunque es más bien el estilo de los jugadores para jugar ese sistema el que da la impronta y valor a la estrategia. La línea defensiva la componen dos centrales con buena velocidad y acostumbrados a marcar en igualdad numérica con los atacantes rivales. Mexès y Koscielny son una fija para ese lugar del campo aunque Rami aparece como un importante recambio. La importancia de tener 2 centrales con esas características reside en que los laterales son siempre una alternativa ofensiva y piensan más en la portería rival que en la propia. Révellière se ubica por la derecha y Clichy por cumplir mejor con éstas características le ganó el lugar por la izquierda al histórico Evra. En la mitad de la cancha la función primordial la tiene el pivote defensivo, es quién debe mantener el equilibrio junto con los defensores centrales para mantener siempre la ventaja numérica respecto a los atacantes. Además cumple la función de ser el primer pase en un conjunto que siempre intenta salir jugando desde su propia puerta. N´Villa es fundamental en ese sentido y el esguince de tobillo sufrido contra Serbia puede generar un hueco difícil de llenar ya que Alou Diarra no le aporta la misma estabilidad que el jugador del Rennes. El centro del campo lo completan Cabaye a su derecha y Malouda a la izquierda. Ellos son los encargados de iniciar los ataques, generalmente con un pase diagonal a banda o bien de mantener la posesión del balón esperando que se abra un lugar para filtrar un pase que explote la velocidad de los atacantes. El tridente ofensivo es sin dudas el salto de calidad de la escuadra de Blanc. Nasri, Benzema y Ribéry no solo son fundamentales por su capacidad individual sino por su capacidad para ser complementarios. Su principal virtud es la movilidad, por eso mas allá de partir desde un punto fijo establecido, rotan constantemente. Casualmente los extremos tienen facilidad para hacer diagonales hacia el centro y el centrodelantero facilidad para hacer diagonales hacia la banda. Por tanto, configuran una delantera muy importante y que sin dudas estará entre las mejores de la Eurocopa que se inicia la semana próxima. La idea clave en el ataque es mantener la posesión por el centro, con pases cortos y entrega segura para luego cambiar el ritmo por la banda. Allí con los extremos, más las subidas de los laterales y las diagonales del delantero centro se intenta conseguir jugar en velocidad con asociaciones a 1 toque para culminar colocando a un jugador frente al portero. Esa fase del juego parece tenerla bien dominada. La única intriga que deja Francia es saber cuan efectiva será su transición ataque-defensa ante un rival de igual jerarquía. El espíritu ofensivo con que juega muchas veces atenta contra el balance del equipo y será fundamental saber cómo reacciona en éste tópico en los juegos claves. Con la revolución que generó la llegada de Blanc y el recambio generacional post fracaso de Sudáfrica, Francia otra vez es candidata a quedarse con la Eurocopa y tiene con qué refrendar el título que se le ha impuesto. Seguir a @leocolautti
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