Suecia regala dudas a Francia

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Una Suecia ya eliminada derrotó 2-0 a Francia en la última jornada del grupo D, desviando la primera plaza del grupo hacia tierras inglesas. Los galos dominaron durante buena parte del partido, pero carecieron de creación de juego en los metros finales y mostraron una notable fragilidad defensiva. Suecia salió con mucha intensidad en la segunda parte y el toque de calidad de Ibrahimovic cambiaba el marcador. El empuje y frustración franceses no pudieron alterar la situación, que se definiría con un gol al contragolpe de Larsson. 2-0 en el Olímpico de Kiev.

Las pruebas de Francia de cara a cuartos y la solidez de la dignidad de Suecia marcaron la primera parte. Blanc quiso darle la oportunidad a Ben Arfa, tan reclamada por buena parte de la afición, al mismo tiempo que probaba la solvencia de la correcta Eurocopa de Diarra con la presencia del adorado M´Vila, parece que con más de un pie en el Arsenal de Wenger. El resultado fue correcto a secas. El peso del ataque de Francia lo siguieron llevando Benzema y Ribery, con éste último algo atrofiado en el centro, como queriendo incrementar su responsabilidad a medida que se alejaba de la banda. A Ben Arfa se le vio algo nervioso e impreciso, más propio del debut que de sus verdaderas prestaciones. En el mediocampo, la ausencia de los galones de Cabaye se hizo notar durante todo el primer período. Y es que la continuidad que Blanc le pide a sus equipos exige que jugadores como Nasri aporten una mayor actividad e implicación en el campo.

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Suecia, sin ninguna clasificación por jugarse, opuso fuerza y cierta iniciativa de contragolpe ante el dominio francés. Algún que otro aviso en los primeros minutos dejaba ver que los nórdicos no querían ser meros comparsas de la última jornada del grupo; su habitual dinámica de movimientos y alegría de circulación de balón se quedó reducido a la nada ante la seriedad de Francia. La actividad de Ibrahimovic supo muy descafeinada. A un tipo calificado entre los cinco mejores del mundo y acostumbrado a partidos de enjundia real, una batalla intrascendente se le antoja innecesaria...hasta que decide inmiscuirse. Un fallo de Mexès supuso la única ocasión seria de los suecos que Toivonen acabaría mandando contra el palo. Este tipo de detalles son los que probablemente se hayan convertido en conclusiones útiles para Blanc, que debería pensar en la fiabilidad del central de la Roma, cuestionado por numerosos sectores de la hinchada bleue.

El gol de Rooney al comenzar la segunda parte resultó más efectivo como toque de atención que cualquier grito del seleccionador francés. La intensidad de ambos equipos aumentó durante varios minutos hasta que la calidad pegó su primer grito de la noche. Un centro cómodo desde la banda derecha e Ibrahimovic hizo lo que mejor sabe; dio rienda suelta a su talento y remató con una media volea de estética tan ortodoxa como violenta de ejecución.

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Primer contratiempo serio para Francia en toda la competición. Y realmente quedaron tocados los galos. Los siguientes minutos quedaron definidos por el dominio sueco, más por la inercia del gol que por sus verdaderas intenciones. En ese momento, apareció el salvador francés con apellido Lloris. Poco a poco, el ímpetu sueco cayó en pulsaciones y el curso del partido cayó del lado de la naturalidad. Francia, recelosa de jugar contra España, comenzó a apretar a la desesperada durante toda la última media hora.

Los franceses llegaban con facilidad pero se atoraban en la definición. Las internadas de Ribery y Debuchy por la banda derecha (eficiente lateral) produjeron numerosas pisadas del área sueca pero no tantas ocasiones reales. Con Malouda y Giroud en el campo, Blanc intentó arreglar el desaguisado de Ibra acumulando poder ofensivo pero Suecia respondió con una notable intensidad en la zona de defensa, sin renunciar además a la sorpresa del contragolpe. Y precisamente así logró el segundo gol, en un maniobra mal defendida por Francia y rematada en última instancia por Larsson. Incluso Lloris evitó más daños colaterales con ocasiones que hubieran provocado más dolores de cabeza que pérdida de puntos.

Suecia deja de la manera más digna posible una buena Eurocopa para ellos. Con mejores sensaciones que resultados, los nórdicos quizá se van con la sensación de dejar el torneo cuando se habían encontrado ya a ellos mismos y a su juego. Con respecto a Francia, escasean las buenas noticias y sensaciones que predominaban antes del partido. Blanc tendrá que contrarrestar a España en un partido lleno de dudas por ambas partes tras un mal último choque. Los galos pasan como segundos de grupo, conscientes de su poder ofensivo pero también de su dificultad para definir su dominio, su ligereza defensiva y su irregularidad a lo largo de los noventa minutos. 2-0 en el Olímpico de Kiev.

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