Jose Portas - Análisis
Obviando la aparición de Eusebio en los 60, la mejor época del fútbol portugués a nivel de selecciones tuvo lugar durante la pasada década. Los lusos alternaron dos semifinales europeas con un cuarto puesto en la Copa del Mundo de 2006. La generación de Figo, Rui Costa, Pauleta, Simao o Ricardo se exprimió hasta el final de sus días consciente de la buena hornada que venía por detrás, capitaneada por un chico fuerte y espigado que comenzaba a hacerse un nombre en Manchester. Hoy en día, con la mayoría de esos jugadores ya retirados, Cristiano Ronaldo es el capitán, alma y esperanza de una selección portuguesa que afronta la Euro 2012 con ilusión pero sabedores de sus limitaciones.
Quizá esa puede ser la diferencia del Portugal actual al de las últimas actuaciones internacionales. La creencia verdadera de llegar a conquistar alguno de los grandes torneos se tornó en confianza ciega de la afición lusa durante la segunda mitad de la última década. Sin embargo, a la hora de los cruces la selección caería a las primeras de cambio al encontrarse con los cocos actuales del fútbol internacional, Alemania y España. En estos días, tras años de polémicas sobre el seleccionador (Queiroz dimitió en 2010 y Paulo Bento ha sido cuestionado desde que aceptó el cargo), los jugadores (recordemos aquellos supuestos piques entre Pepe y Carvalho) y los propios resultados del equipo (clasificado tras una repesca a la que llegó por diferencia de goles), la afición portuguesa ha cambiado su forma de afrontar el asunto en cuestión. Portugal no parte como favorita para ganar el torneo para prácticamente nadie. Podría considerarse como uno de los outsiders de la competición, pero aún así sería uno de los últimos en esa categoría. España, Alemania, Holanda, Francia, Italia, Inglaterra…todos estarán peor pagados que Portugal en las casas de apuestas. Y precisamente esa puede ser la mejor arma de los lusos.
La selección ibérica es un equipo en busca de una cara y de un equilibrio. Partiendo de que cuenta con uno de los mejores jugadores del mundo y otro que podría llegar a serlo en los próximos años, Bento sabe que su principal labor está en dotar de identidad al equipo en la creación y contención del juego; de la definición ya se encargarán Cristiano Ronaldo y Nani. En la portería, Rui Patricio parece indiscutible; tras ocupar durante varios años el banquillo a la sombra de Ricardo, parece que ha llegado el momento para que el joven arquero defienda a su país. Las últimas buenas actuaciones no dejan dudas en la afición.
La defensa portuguesa conjuga a expertos internacionales con nuevas apuestas con las que Bento pretende refrescar el grupo. Joao Pereira y Fabio Coentrao parten como posibles laterales mientras que el centro de la defensa queda para el eterno Bruno Alves (ahora en el Zenit de San Petersburgo) y Pepe. Siempre Pepe. Para lo bueno y lo malo, estamos hablando de uno de los personajes más nombrados del fútbol mundial (generalmente por lo malo, no nos engañemos). En condiciones normales, Pepe es un gran central. Rapidísimo, seguro al corte y con una buena salida de balón. Quizá no de los mejores del mundo (tiene más errores de bulto que otros) pero indiscutible en prácticamente cualquier equipo que se precie. Sin embargo, hay que introducir en la ecuación la otra cara de la verdad, aquella que dibuja trazos continuos de locura transitoria en el carácter de Pepe, cada vez más frecuentes.
Las acusaciones de violencia han traspasado fronteras y el perfil incendiario del central es rechazado en amplios ámbitos (curiosamente, no en su club). De todos modos, Pepe es uno de los puntales de esta selección y de él depende controlar su agresividad para dotar a su selección de un plus en la faceta defensiva en lugar de restárselo con un hombre menos. Seguramente su expulsión ante Holanda o Alemania se pague muy mal en las casas de apuestas.
El centro del campo de Portugal junta buenos nombres con rendimientos irregulares durante sus carreras. Por lo general, hablamos de centrocampistas sólidos, con buen toque de balón y un correcto conocimiento del juego. Raul Meireles es el máximo exponente; tras una carrera labrada modestamente en Portugal, tuvo un breve y apasionado idilio con el Liverpool y acabó en el Chelsea, donde no se acaba de encontrar a sí mismo. Moutinho ha llegado, con 25 años, a una interesante madurez futbolística que podría verse refrendada en esta Eurocopa; su capacidad para moverse por cualquier zona del mediocampo y su determinación le convierten en una pieza a seguir. Portugal también dispone de jóvenes valores sobre los que habrá que estar atento, como Veloso (algo estancado en el Genoa) o Nélson Oliveira, un sub20 que derrocha calidad por los cuatro costados.
Además de barajar para la lista definitiva entre numerosos nombres conocidos en España (Eliseu, Micael, Martins, Silvio, Ricardo Costa etc.), Bento se enfrenta al principal debate en las posiciones de ataque. Entre Hélder Postiga y Hugo Almeida se disputan el puesto de delantero centro. No habla muy a su favor que se traten de los arietes de un Zaragoza casi descendido y del Besiktas turco, además de que ninguno es titular indiscutible. Uno de los principales baluartes de la selección lusa es Nani, el extremo del United. Tras varias campañas a un alto nivel un tanto discontinuo, se espera de él un nivel propio de estrella internacional. Ha mejorado en muchas facetas de su juego y pretende mostrárselo a Europa este verano. Si compite en su mejor potencial, será imprescindible en el once titular.
Dentro y fuera del césped, Cristiano Ronaldo es el rey. Su potencia, calidad y talento no admite discusión para otorgarle los mayores galones del equipo (moralmente por encima incluso de su entrenador). CR se ve en esta Eurocopa más que nunca en la obligación de tirar de su equipo y en la mayor de las responsabilidades que él mismo se otorga. El ritmo victorioso que lleva el Real Madrid cabe pensar que éste puede ser su año y que quizá en el 2012 el Balón de Oro sea suyo. La Eurocopa puede ser el mejor lugar para refrendar su candidatura y el propio jugador lo sabe y seguro que se echará encima esa carga.
De su talento depende en buena parte la actuación potencial de Portugal en la Euro 2012. Analizando el grupo, cabe pensar que pasar de fase ya se consideraría una muy buena actuación y llegar a semifinales un éxito, aunque seguramente Cristiano no se conforme con eso.
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